Los planetas se clasifican en dos grupos dependiendo de su proceso de transformación: pequeños y rocosos, y los grandes y gaseosos. Hace unos 4.600 millones de años, el Sol y los planetas nacieron de una nube de polvo y gas. La parte más espesa de la nube creó el núcleo y se hizo aún más densa al absorber materia. Cuando el núcleo se colapsó aumento la temperatura y finalmente se iniciaron reacciones nucleares en su interior y empezó a brillar como una estrella: nuestro Sol.
Mientras, el resto de la nube se situó en un disco llamado nebulosa protosolar, que giraba despacio. Sus partículas chocaron y se unieron, creando cuerpos pequeños, que atrajeron más partículas y se hicieron más grandes.
Para casi todo el mundo, la Tierra parece enorme y la vida se centra en la familia y los amigos íntimos. El estudio de las estrellas y los planetas, la astronomía, va más allá de este mundo familiar y tiene una visión distinta: Investigar como encaja la Tierra en el universo.
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