Aunque muchas estrellas brillan ininterrumpidamente año tras año, el resplandor de otras parece variar. Un tipo de estrella variable es la binaria eclipsante, que en realidad es una estrella binaria, en la cual una estrella oculta a la otra. Brillan más cuando están al lado. En cambio, cuando están una enfrente de la otra, el sistema se ve tenue, ya que se eclipsan mutuamente.
El brillo real de algunas estrellas también varía. Las gigantes y supergigantes cambian de tamaño, color y brillo con frecuencia. Se conocen como variables pulsantes y se clasifican según lo que varíe su brillo y su periodo (lo que tardan en brillar, oscurecerse y volver a brillar).
Las cefeidas son un grupo de estrellas pulsantes cuyo brillo varía en periodos comprendidos entre 1 y 70 días. Dos cefeidas cualesquiera con el mismo periodo tendrán el mismo brillo real. Cuanto más largo sea el periodo de la cefeida, más brillante será la estrella. En la década de 1920, el astrónomo norteamericano Edwin Hubble descubrió cefeidas en la galaxia de Andrómeda. Pudo calcular con su brillo real midiendo su periodo. Después, lo comparó con su brillo aparente para saber a qué distancia se encontraban. Probó que las cefeidas y Andrómeda estaban demasiado alejadas para formar parte de la Via Láctea; y que el universo era más grande de lo que nadie podía imaginar.
Algunas variables cambian de forma drástica. En una estrella binaria, la estrella con la gravedad más fuerte puede atraer tanto gas de su compañera que desencadena una explosión conocida como nova. El sistema resplandece súbitamente y después se va apagando lentamente. Estas explosiones pueden producirse una y otra vez.
Para casi todo el mundo, la Tierra parece enorme y la vida se centra en la familia y los amigos íntimos. El estudio de las estrellas y los planetas, la astronomía, va más allá de este mundo familiar y tiene una visión distinta: Investigar como encaja la Tierra en el universo.
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